Estas cosas pueden pasar cuando un avión intenta aterrizar en un aeropuerto como el de Saint Barthélemy, situado en una pequeña isla caribeña. La dificultad ya no es la escasa longitud de la pista, sino también que en uno de los extremos de la misma se encuentra una colina enorme.
Esto hace que los aviones tengan que pasar rozando el césped a la hora de aterrizar, para luego tirarse casi en picado hacia la pista. En un lugar tan peliagudo, es posible grabar vídeos como este…
En este caso el efecto suelo impide que el pequeño avión que intenta aterrizar toque la pista. Los metros van pasando, y cuando el piloto consigue poner las ruedas en tierra firme le queda menos de media pista para frenar. Teniendo en cuenta lo corta que es ya esta pista de por sí, los pocos metros que le quedan a este avión son insuficientes. Afortunadamente, por muy poquito el avión no acabó en el fondo del lago que se ve al fondo…
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