Una de aviones sin alas

A principios de los años 60 la NASA comenzó a investigar en aeronaves de alas muy pequeñas e incluso sin alas. El objetivo era diseñar un vehículo que pudiera ser enviado al espacio y que fuera capaz de resistir las durísimas condiciones de la reentrada atmosférica. La gran magnitud de los esfuerzos que deben soportar las alas de un vehículo espacial al volver a la Tierra, así como las altísimas temperaturas que se generan por la fricción con el aire, eran todo un reto para los ingenieros.

La solución era simple: eliminar las alas y dejar unas superficies básicas para garantizar el control y la estabilidad del vehículo. El nombre que se dió a este tipo de aeronaves: cuerpos sustentadores (lifting body).

De esta forma, el fuselaje tenía que diseñarse de manera que fuese capaz de generar la sustentación necesaria para, al menos, planear hasta la pista. Así pues, se construyó el primer prototipo, el M2-F1, que era un planeador, ya que no disponía de motor. Era remolcado por un C-47 y posteriormente lanzado.

A partir de este vehículo se construyeron nuevas versiones ya motorizadas, llamadas M2-F2 y M2-F3. La primera de ellas, conocida por el accidente que se produjo el 10 de mayo de 1967 en el momento del aterrizaje. El piloto, Bruce Peterson resultó gravemente herido. El accidente se atribuyó a un balanceo holandés excesivo. En el siguiente vídeo, momentos antes del accidente, se puede apreciar efectivamente cómo el avión parece totalmente incontrolable:

http://www.youtube.com/watch?v=YCZNW4NrLVY]

La NASA continuó con sus experimentos con otro prototipo, el HL-10, que realizó 37 vuelos antes de su retirada definitiva en 1970. De la misma forma, se desarrolló el X-24, en dos variantes (X-24A y X-24B), que se ensayaron hasta 1975. Estos diseños de «cuerpos sustentadores» presentaban numerosas complicaciones, desde estructurales hasta de estabilidad y de control. Por este motivo quedaron descartados para el desarrollo del Space Shuttle, para el cual se decidió utilizar una configuración de alas en delta.

X-24A, otro de los prototipos de la NASA. Fuente: Wikipedia

No obstante, los vehículos aeroespaciales de alas mínimas o directamente sin alas no han caído en el olvido. Con el paso de los años han ido surgiendo otros prototipos americanos sin alas, como el X-38 o el X-43. Sea como sea, ver estos bichos da una idea de hasta dónde puede llegar la imaginación de los ingenieros.

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